Hoy, plátano

Era Lün un plátano que vivía feliz en su platanera colgando junto a sus vecinos plátanos. Se despertaba cada mañana y veía salir el sol sobre el horizonte mientras se mecía suavemente en su rama. Ese era su momento favorito del día, cuando todos dormían todavía y él podía disfrutar de un ratito de paz.

Pasados esos momentos de tranquilidad la platanera se convertía en un hervidero; plátanos yendo arriba y abajo a toda velocidad, plátanos gritando y hablando a voces…

– Eh! Lün! Espabila que hay mucho q hacer!!! – le gritaban desde abajo – Tenemos que hacer nuestras cosas de plátano!!!

Lün era feliz siendo un plátano en su platanera pero estaba harto de hacer cosas de plátano. Bueno, a decir verdad, no era hacer cosas de plátano lo que disgustaba a Lün, sino hacer lo mismo que hacía todo el mundo a su alrededor.

Una de esas mañanas, mientras reflexionaba en soledad, llegó a la conclusión de que aquel no era su sitio. El quería ver mundo y conocer otras frutas así que, armándose de valor, cogió aire y se lanzó hasta el suelo desde su rama.

Nuestro amigo plátano corrió mil aventuras desde entonces. Hoy mismo me ha parecido verlo junto a una naranja, una piña y un racimo de uvas en el sombrero de una mulata que bailaba en el carnaval de Río como si tuviera la cadera dislocada.

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